Factores a considerar para la contratación de empresas seguridad privada

Las empresas seguridad privada prestan sus servicios de forma auxiliar y complementaria a los entes de seguridad pública, estas requieren autorización previa, licencias o permisos otorgados por autoridades calificadas. Se conoce como industria privada de la seguridad al conjunto de personal capacitado y especializado que ofrecen servicios de vigilancia y protección.

Además de protección, investigaciones, movilizaciones de fondos, entre diversos conexos con personas particulares, empresas, particiones gubernamentales, instituciones, y otros solicitantes.

Hoy en día, la creciente industria de seguridad privada se ha ganado su puesto con relevancia económica, por sus posibilidades de alcance y sus tasas de crecimiento, además de ser una gran fuente de empleos formales para la población y por sus grandes aportes para la mejora de los niveles generales de seguridad en los países  y en sus comunidades.

En los tiempos actuales, el alarmante incremento en la falta de seguridad es un hecho público, en los últimos años han aumentado los niveles de incidentes drásticamente, haciendo que los fallos en la seguridad pública se vean expuestos en cuanto a temas que se relacionan con delincuencia, casi en su totalidad juvenil.

Todas las empresas de seguridad privada profesional, están obligadas a cumplir con ciertas normas en relación a la autorización para su desarrollo, además del buen ambiente de áreas para el trabajo de los integrantes de su personal. Adicionalmente debe realizar las contrataciones, según lo indiquen las leyes vigentes, todas los seguros sociales solicitados, en el sector de protección para el trabajador, como en el escenario de derechos civiles para terceros.

La protección laboral y civil son dos puntos verdaderamente relevantes, aunque pueden ser valorados a la ligera, pareciendo poco influyentes en el precio de los servicios privados, pero deben tener en cuenta que también significa para el cliente, la línea divisoria que separa un simple inconveniente, fácil de solucionar a través de un trámite común o encarar un juicio en su contra.

Esto ocurre debido a que la falta de los seguros mencionados anteriormente, hacen que las responsabilidades caigan sobre el cliente de manera solidaria con la empresa contratada, ante cualquier inconveniente con terceras partes.