Vamos a tener que buscar un nombre alternativo para el actual «modo avión», esa función de los teléfonos móviles que permitía desconectar todas las radios del terminal para evitar posibles interferencias en cabina y que hasta hace sólo unos meses era obligatorio tener activado desde el cierre de puertas.
La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) ha dado esta semana luz verde a la utilización de los móviles durante todas las fases del vuelo, incluido el despegue y el aterrizaje, sin necesidad de desactivar la transmisión WiFi o GSM para datos y voz.
El efecto no será inmediato. Las compañías que quieran ofrecer estos servicios en vuelo tendrán que acogerse a un proceso de certificación y evaluación que durará meses. Los primeros aviones que obtengan el certificado podrían volar por los cielos de Europa en primavera de 2015. Tampoco será obligatorio. Una línea aérea podrá exigir a los pasajeros que mantengan activado el modo avión si considera que resulta más seguro o durante momentos concretos del vuelo, como las indicaciones de seguridad de la cabina.
La medida es un nuevo paso en la dirección tomada el pasado año para facilitar el uso de dispositivos electrónicos en vuelo. A día de hoy, la regulación permite mantener encendida una tableta o teléfono durante las fases de despegue o aterrizaje siempre que estén en modo avión. Dispositivos mayores, como portátiles, tienen que permanecer guardados hasta alcanzar la altitud de crucero debido al peligro que representan en caso de un movimiento brusco en la cabina.
Fuera del territorio europeo, otros organismos reguladores han tomado decisiones similares. En EEUU, la mayoría de aerolíneas ya permite mantener los dispositivos electrónicos encendidos desde que se aborda el avión. Muchas ofrecen además conexión WiFi desde el aire. Permitir las llamadas con el móvil era el siguiente paso lógico.
Para las compañías aéreas, esta regulación abre una nueva vía de negocio. Los móviles de los pasajeros tendrán cobertura durante los primeros minutos del vuelo por su proximidad a tierra, pero llegados a cierta altitud la señal de las antenas de telefonía se pierde. Adaptando sus aviones con el equipamiento adecuado podrán ahora convertirse en una operadora móvil temporal en el aire, permitiendo a los pasajeros llamar y recibir llamadas a 10.000 metros de altura usando una conexión satelital.
Algunas líneas aéreas ya ofrecen estos servicios en vuelos internacionales. Los precios son elevados, por supuesto, pero el proceso es muy sencillo. Una vez el avión llega a la altitud de crucero se activa la antena que da cobertura en el interior de la cabina. Para el usuario es exactamente igual que usar el móvil en el extranjero. El terminal detectará el nuevo operador y se conectará a él. Será conveniente tener desactivada la itinerancia de datos porque si no el teléfono podría empezar a descargar correos o notificaciones a precios astronómicos. Las tarifas dependen del operador con el que el usuario tenga su contrato.
Si no existe este servicio, será recomendable mantener el modo avión encendido. El móvil gasta mucha batería tratando de buscar una antena a la que conectarse y, aunque es posible que durante el despegue o la aproximación encuentre señal, a más de 10.000 metros de altura será imposible.
El debate ahora está en el impacto social que podría tener esta nueva medida. Hasta ahora, los vuelos eran el último rincón donde, al menos durante unas horas, era posible olvidarse de los tonos de llamada y las alertas de los mensajes. La nueva regulación podría convertir el próximo viaje en una experiencia aún más incómoda.
Más Noticias
Energías renovables: ¡Conoce su funcionamiento!
Válvulas neumáticas – Dejan pasar, pero nunca retroceder
Asesoría fiscal online: Los beneficios que pocos conocen